La bella durmiente es un cuento de hadas popular europeo nacido de la tradición oral; las versiones más conocidas son éstas:
- La de Charles Perrault, en su libro Cuentos de Mamá Ganso publicado en 1697: Belle au Bois Dormant (La bella durmiente del bosque)
- La de los Hermanos Grimm: "Dornröschen" (La espina de la rosa).
Se ha señalado que en la Saga Volsunga ya se encuentra el germen de este relato, en el episodio en que Sigurd deja a Brunilda (Brynhild) prometiéndole regresar para casarse con ella.
Hay una versión en napolitano de 1636, escrita por Giambattista Basile con el título Sol, Luna y Talía; forma parte de una colección de cuentos titulada Pentamerone.1 La historia es como sigue:
La princesa Talía corre el riesgo de pincharse con una tortuga envenenada oculta entre lino, según advierten sabios y astrólogos. El rey decide prohibir la entrada de lino a palacio y esto evita que la princesa sufra ningún percance hasta que, siendo adolescente, encuentra una rueca para hilar lino y se clava una astilla bajo la uña, cayendo muerta.
El rey, afligido por la pérdida e incapaz de enterrarla, deposita el cadáver de su hija sobre una tela de terciopelo, cierra el palacio y lo abandona. Un noble que suele cazar en el bosque sigue a su halcón, que le lleva al palacio abandonado, donde halla a la princesa. Enseguida queda prendado por su belleza y, no contento con besarla, tras intentar despertarla, mantiene relaciones sexuales con ella.
Nueve meses después la princesa Talía, aún durmiente, da a luz a dos gemelos, un niño y una niña cuyos nombres son Sol y Luna. Los niños son cuidados por las hadas, que acompañan a la princesa mientras duerme. Un día el niño trata infructuosamente de cogerse al pecho de su madre, encontrando finalmente su dedo. Empieza a chuparlo y logra, casualmente, extraer de su piel la astilla envenenada. En ese preciso momento Talía recupera el conocimiento.
Pasa el tiempo y el noble, recordando los “buenos momentos” vividos con la muchacha durmiente decide acudir de nuevo a palacio. Para su sorpresa, la princesa está despierta y además no está sola, sino que la acompañan sus dos criaturas. El noble se da cuenta de que son sus hijos y así se lo explica a Talía, que lejos de enfadarse decide iniciar una relación con él. La pareja pasa una semana de romance y entonces el noble se marcha, sin mencionar que el motivo de ello es el obligado retorno con su esposa.
Entonces el noble menciona en sueños los nombre de Talía, Sol y Luna y con ello la esposa del noble se entera de todo, conociendo así la existencia del palacio, de la princesa que en él vive y de los hijos bastardos de su marido. Enfadada hasta más no poder, hace secuestrar a Sol y Luna, que acaba entregando al cocinero, dando la orden de degollarlos y de hacer con su carne un sabroso plato. La esposa decide quemar viva en la hoguera a Talía, también capturada. En el momento de llegar a la hoguera, Talía solicita poder quitarse primero sus prendas más delicadas, a lo que la mujer accede. Con cada prenda que se quita emite un grito de dolor. Sonidos que el noble acaba oyendo. La esposa le explica a su marido que Talía ha sido quemada en la hoguera y que, durante la comida, “¡te has comido lo que es tuyo!”, es decir, a sus hijos. En ese instante el noble ordena que su esposa, el secretario y el cocinero sean quemados también en la hoguera.
Sin embargo, Talía no llega a quemarse y el cocinero le explica que no ha sido capaz de hacer daño a los niños y que los ha sustituido por carne de cabra.
El noble Jorge y la princesa Talía se casan y el cocinero recibe el título de tesorero real.
Versión de los hermanos Grimm
En la colección de cuentos de los Hermanos Grimm, La bella durmiente (Dornröschen) es el n.º 50.2 Corresponde al tipo 410 de la clasificación de Aarne-Thompson: La bella durmiente.3
La historia es como sigue:
Un rey y su reina, por mucho que lo intentasen, no lograban tener un hijo. Pero un día, cuando se bañaba la reina en un estanque, una rana le anuncio su embarazo.
Pasados los nueve meses, dio a luz a una hermosa niña a cuyo bautizo quisieron invitar a las trece hadas de la corte, sin embargo, estas solo podían comer en platos de oro, y solo tenían doce, así que decidieron solo invitar a doce de las hadas.
El día de la fiesta llegó, y cada una de las doce hadas invitadas le concedió un don a la princesa; tales como: belleza, bondad, inteligencia, etc. Cuando ya iban por la decimoprimera hada, apareció aquella a la que no habían invitado, y furiosa por esto, lanzó una maldición, la cual presagiaba que cuando la princesa cumpliera quince años se pincharía con un huso de hilar, y moriría. Pero cuando ésta se había ido, la decimosegunda hada, que todavía no había proclamado su don, cambio la maldición, diciendo que en vez de morir, solo dormirían ella, y todos los habitantes del palacio, por un espacio de cien años.
El rey, con intención de que no se cumpliera la maldición, ordenó que todos los husos y todas las ruecas fuesen quemados. Al cumplir los quince años, estaba la princesa paseando por el palacio. Y cuando encontró una vieja torre que no había visto antes, subió por esta, hasta llegar a una habitación, donde había una señora hilando en una rueca. La princesa le pidió intentarlo, y cuando sostuvo el huso, el hechizo se realizó. Todos los habitantes en el palacio quedaron dormidos, incluso los reyes. Y casi al instante, el palacio se vio cubierto por una red de espinos, para que así no se pudiera perturbar a los durmientes.
Pasados los cien años, un príncipe, que había acabado de escuchar la leyenda de la princesa durmiente, se dirigió al castillo con intención de despertarla. Y cuando se acercó, los espinos se fueron apartando para darle paso. Cuando llegó al castillo, se dirigió a la habitación de la princesa, y cautivado por su belleza, la besó. Al instante, todos los habitantes del palacio despertaron y celebraron. Días después, el príncipe y la princesa se casaron, y vivieron felices para siempre.
Versión de Charles Perrault: La bella durmiente del bosque
Esta versión empieza de la misma manera que la de los hermanos Grimm, sólo que en vez de trece hadas son ocho, si se incluye a la que pronuncia la maldición.
Sin embargo, una vez que se casaron los dos jóvenes, a los pocos días el príncipe tuvo que volver a su reino. Donde no reveló nada de lo sucedido con la princesa a sus padres, pues se decía que la madre de este era en parte ogra, y temía por su esposa y los hijos que tendría con ella. Con la princesa tuvo dos hijos, a la niña la llamaron Aurora, y al niño lo llamaron Día.
Cuando el rey murió, el príncipe (ahora rey) traslado a su esposa y a sus hijos al reino, donde fueron bien recibidos por todos, menos por la reina madre.
Sucedió, pues, que un día, el rey tuvo que irse, dejando a su familia en el palacio. La reina madre, entonces ordenó al cocinero matar a la princesa Aurora y cocinarla para que ella la comiera, sin embargo el cocinero decidió no hacerlo, y escondió a la pequeña princesa con su esposa para que la cuidara, en lugar de Aurora, el cocinero, preparó un cordero y se lo dio a la reina madre, quien se lo comió pensando que se trataba de su nieta. Lo mismo se repitió con el príncipe Día y con la misma reina (quien había sido antes la bella durmiente), siendo todos escondidos de la ogra en la casa del cocinero. Pero paso que un día, la ogra pasó cerca de la casa, y cuando escucho la risa de los niños los reconoció al instante. Entonces ordenó poner una enorme olla en medio del patio del castillo, donde mandó meter serpientes, sapos y todo tipo de criaturas asquerosas y letales; y allí meterían a la reina, al cocinero, su esposa, y los niños.
Sin embargo, cuando se iba a dar la sentencia, llegó el rey y al verlo, ella misma se lanzó a la olla y fue devorada por todas las alimañas que había adentro. El rey libero a su esposa, hijos, al cocinero y a su mujer, condecoro a estos últimos por proteger a su familia, y vivieron felices para siempre.
Diferencias entre versiones
Tanto en el cuento alemán como en el francés la historia sucede de manera similar hasta el momento del despertar de la princesa. Sólo varían detalles como el número de las hadas (13 en el primero, 8 en el segundo) o los presentes que reciben los invitados durante el festín que sucede al bautizo (platos de oro en el primero, estuches de oro en el segundo).
Sin embargo, mientras el relato de los hermanos Grimm es bastante simple para darle más encanto y sencillez, Perrault añade comentarios perspicaces e incluso comentarios humorísticos, como el que hace tras narrar el despertar de la princesa:
En fin, hacía cuatro horas que hablaban y no habían conversado ni la mitad de las cosas que tenían que decirseCharles Perrault
El príncipe ayudó a la princesa a levantarse y vio que estaba toda vestida, y con gran magnificencia; pero se abstuvo de decirle que sus ropas eran de otra época y que todavía usabagorguera; no por eso se veía menos hermosa.Charles Perrault
Un aspecto que se ha criticado de la versión de Perrault tiene que ver con el machismo que se advierte,[cita requerida] por ejemplo, entre los dones que entregan las hadas: el escritor francés no añade "inteligencia" como sí lo hacen los hermanos Grimm. Sin embargo, habría que considerar que la inteligencia no es un don que se regale, sino que se puede considerar innata hasta cierto punto, por lo que quizás la inteligencia no fue otorgada como don en la versión de Perrault al considerar que la princesa ya la poseía. Sin embargo, en dicha versión se dice que el pinchazo se debió a que la princesa era "atolondrada", lo cual tampoco contradice lo anteriormente mencionado, pero si proporciona cierto cariz sexista.
Después de la boda, el cuento de Perrault continúa con las perversidades de la madre del príncipe, con muchas características de ogro, que quiere comerse a los niños y a la princesa, cosa que en la versión de Basile lo hacía la esposa del noble.
Versión de Disney
En el año 1959, se dio a conocer la película basada en la versión de los hermanos Grimm, creada por Walt Disney, donde las modificaciones fueron muchas, siendo las más notorias que la princesa no duerme cien años (como en las otras versiones) y que las hadas sólo son cuatro, de las cuales tres se hacen pasar por sus tías para proteger a la princesa del hada mala (Maléfica), cambiando el nombre e identidad de la protagonista.
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